La experiencia logró una sincronización perfecta entre luz y sonido, sumergiendo a los participantes en el océano y su ecosistema, evocando la sensación de estar en alta mar mientras destacaba la importancia vital de proteger los mares.
Inspirado en las investigaciones del científico colombiano Jorge Reynolds Pombo, pionero en marcapasos artificiales internos, el montaje fusionó el canto de las ballenas jorobadas con la voz humana y los latidos del corazón para crear conciencia sobre la necesidad de conservar especies como estas majestuosas criaturas marinas.